El «confidencial» es un género periodístico próximo a la crónica y normalmente de carácter político o económico que se caracteriza por el hecho de que el propio periodista asume el carácter de fuente, dando cobertura merced a su credibilidad y prestigio, a las fuentes originales que desean permanecer ocultas y que se manifiestan mediante «confidencias».
Aunque el primer soporte de los confidenciales fue el papel (cartas mercantiles, gacetas y posteriormente newsletters), es la Red la que contribuye a que el género tome carta de naturaleza como medio. En la actualidad, la denominación de confidenciales hace referencia mayormente a medios periodísticos sólo digitales que abordan parcelas de la realidad poco tratadas por los medios convencionales, o bien temas de dominio público con fuentes exclusivas.
La actual campaña de algunos medios contra los confidenciales no es la primera, no será la última y no tardarán en enfrentarse también a los weblogs.
Las causas de esta última pataleta son múltiples, pero se resumen en la palabra «temor»: a seguir perdiendo influencia, a seguir perdiendo lectores, a compartir la agenda pública, a compartir la tarta publicitaria, a tener que reinventarse, a tener que cambiar.
Ver:
Enrique Dans: En contra de la diversidad
Escolar.net: Los dinosaurios de la prensa
IBL News: El diario El Mundo difunde un editorial contra los ‘confidenciales’ de Internet
Periodista Digital: «El grupo Prisa y El Mundo temen a la prensa digital porque les quita influencia» (registro)
Retiario: Lobos pastores
Actualizaciones:
Jaime Richart: Cebrián y los periódicos digitales (vía: Libro de Notas)
David Iwasaki: Controlar la red
Montse Doval: El Imperio contraataca
Relacionado: Confidenciales