Se suceden las declaraciones de amor mediático a la blogosfera. En esta ocasión es la periodista Carmen Rigalt quien en su columna Testigo Impertinente (El Mundo, 14/8/2005, p. 52) confiesa irónica:
Se me ha metido entre ceja y ceja tener un blog. En estos tiempos que corren, si no tienes un blog no eres nadie. Hasta ahora yo creía que era alguien porque escribía en la moleskine, pero estaba equivocada. La moleskine es un soporte ideal para cultivar el intimismo (…) en cambio el blog se presta más a la exhibición (…). Resumiendo: el blog es un tablón de anuncios a lo bestia (…). La blogosfera es un cielo plano e ingrávido donde las palabras dan vueltas y vueltas sin caerse nunca. Entre un blogger y un teleperiodista hay una diferencia sustancial: el blogger escribe para despacharse a gusto porque no tiene nada que perder. El teleperiodista, en cambio, dejó de perder cuando lo fichó una cadena amiga.
No vas descaminada Carmen. El blog es una original y misteriosa combinación entre una moleskine online y una imprenta de bolsillo.