Autora invitada: Gemma Ferreres.
Hubo un tiempo en el que los bloggers diseñaban la apariencia de sus webs, las programaban y escribían sus opiniones en forma de posts. Como nuevos renacentistas, condensaban todo el saber del momento (o de este universo), una situación que sólo se produce excepcionalmente en la historia.
Leonardo o, de mayor interés para mí, Miguel Ángel, dedicaron su vida entera a su obra. Buonarroti tuvo que seguir encaramándose ya anciano a un andamio de la Capilla Sixtina para pintar el Juicio Final. Pero hoy en día todo va muy deprisa. Hasta el blogger más experto preferiría que otra persona se ocupara de su próximo rediseño o migración. Algunas siempre tuvimos que confiar en terceros para estas tareas.
Hojeando una de esas cronologías que ponen en paralelo los avances científicos, culturales y sociales veía que entre el primer automóvil y el inicio de la carrera espacial sólo transcurrieron unos 75 años. ¿Cuánto tardará internet en finalizar su desarrollo desde que, por ejemplo, Jeff Bezos abrió Amazon?
Hasta aquí he llegado en mi reflexión sobre el ciclo vital de los bloggers y la propia internet. Las generaciones literarias son otro tópico a la hora de comparar la blogosfera con ejemplos del pasado para entenderla mejor. Algunos, lo tenemos claro.