Ante el recurrente y terrible drama de la inmigración ilegal africana en las costas españolas y la insuficiencia de las medidas logísticas y diplomáticas para paliarla, me ha venido al recuerdo aquella iniciativa de medio centenar de artistas estadounidenses en 1985 que cristalizó en USA for Africa y el álbum We Are The World.
Habida cuenta de que muchos de los países en los que se origina la inmigración se cuentan entre los más pobres del planeta, parece evidente que no habrá solución sencilla, ni rápida, ni barata.
Hay que hacer muchas cosas en muchos frentes, y uno de ellos es la sensibilización social para la cooperación, en la que juegan un papel muy destacado los artistas.
¿Ha llegado la hora de un Europe for Africa?