Los consejos del tipo Don’t Drive and Blog que hasta hace unos años se formulaban como entradas más o menos humorísticas (stay alive; don’t blog and drive…), resulta que han cobrado actualidad y ahora tienen un sentido muy serio.
Mi colega Rosental Alves de la Universidad de Tejas informaba recientemente que el 30% de los accidentes de tráfico en la ciudad de Austin estaban causados por gente que escribía en su móvil mientras conducía.
El New York Times acaba de recoger la historia de una durísima campaña de vídeo en Gales para advertir sobre las fatídicas consecuencias de escribir en el móvil (texting) mientras se conduce.
En Estados Unidos la Governors Highway Safety Association está impulsando medidas para atajar estas imprudencias.
En España, conducir hablando por el móvil, es la principal causa de pérdidas de puntos. Supongo que todavía no hay datos de texting pero cuidado, cada vez leo más tuits de gente que escribe desde los atascos…
Actualización: Twitter e direção não combinam