Apunto diez conclusiones preliminares sobre WikiLeaks, el periodismo y los medios. Asuntos, todos, sobre los que habrá que seguir pensando y aprendiendo.
1. WikiLeaks era inevitable Existiendo una plataforma de publicación y acceso a la información de ámbito global que funciona sin editores (internet) era inevitable que tarde o temprano surgiera un portal dedicado a la revelación de secretos y filtraciones. Como dijo Arcadi Espada hace años, hoy Garganta Profunda habría utilizado internet.
2. WikiLeaks era necesario El grado de impunidad, oscuridad y falta de control con el que se vienen desarrollando las guerras, la diplomacia y la política desde la Guerra Fría, acentuado desde los atentados del 11S, estaban exigiendo una instancia de control desde fuera del sistema, como lo demostró el éxito del blog de Salam Pax durante la Guerra de Iraq.
3. WikiLeaks no es periodismo La publicación masiva de documentos secretos militares y diplomáticos no constituye un acto de periodismo ni convierte a WikiLeaks en un medio periodístico. El periodismo es lo que viene después: la comprobación, el contraste, el contexto, el análisis y el aterrizaje de los documentos a las realidades locales.
4. WikiLeaks necesita al periodismo Tanto por razones de seguridad, para garantizar la difusión de las filtraciones aunque el sitio fuera atacado, como por razones de inteligencia, para analizar los documentos y presentarlos de una forma inteligible al público, WikiLeaks necesita y ha utilizado a los medios como un canal alternativo de difusión que, además, han proyectado el prestigio de sus cabeceras sobre los materiales revelados.
5. WikiLeaks es una llamada de atención al periodismo La publicación de las filtraciones ofrecidas por WikiLeaks no constituye un triunfo del periodismo, por el contrario, pone al periodismo ante la urgencia de hacer el trabajo que debió haber hecho antes de las filtraciones (investigando más y mejor) y del que debe hacer después (aportando interpretación, contraste, contexto, navegación y visualización a los datos).
6. WikiLeaks no es neutral Las fuentes de información, especialmente las que revelan información confidencial o secreta, nunca operan por altruismo. Siempre hay una intención. El quid pro quo de El silencio de los corderos. La fuente te escoge porque quiere influir sobre tí o sobre tu audiencia. El objetivo de WikiLeaks no es periodístico, ni sólo informativo, sino específicamente político: Assange está en guerra contra el gobierno en la sombra, quiere desmontarlo, y para ello utiliza la información como el arma definitiva.
7. WikiLeaks ha demostrado que la red no es neutral WikiLeaks ha sido sistemáticamente atacado, privado de su dominio, expulsado de su hosting en Amazon, cancelada su cuenta de PayPal, y perseguida su cabeza visible por Interpol en lo que parece más un montaje que un acto de justicia frente a dos presuntos casos de acoso y abuso sexual. Según sabemos, WikiLeaks no ha robado documentos ni ha hackeado redes, se ha limitado a publicar o a difundir las filtraciones que ha recibido garantizando el anonimato de sus fuentes y comprobando su autenticidad.
8. WikiLeaks ha dado argumentos tanto a quienes se oponen a la neutralidad de la red como a quienes la defienden Es cierto que WikiLeaks ha sido inicialmente posible gracias no sólo a la existencia de la red, sino también a su carácter neutral. Pero la neutralidad de la red ya se ha visto comprometida por el evidente grado de persecución al que se ve sometido el portal y por el previsible endurecimiento de las políticas de control sobre la red que pueden generarse a partir de este caso.
9. WikiLeaks ya ha ganado Aunque WikiLeaks desapareciera como sitio, marca y dominio y su impulsor fuera encarcelado o eliminado, WikiLeaks ya ha demostrado que es posible y necesario utilizar la red como arma para desmontar las conspiraciones del poder. Seguramente veremos en el futuro próximo la emergencia de un WikiLeaks distribuido, así como el nacimiento de WikiLeaks nacionales y sectoriales. WikiLeaks ya se ha convertido en un meme imparable.
10. WikiLeaks cambiará la gestión de la información confidencial Aunque la pretensión utópica de WikiLeaks sea acabar con los poderes en la sombra (inicialmente militar y diplomático, pero próximamente financiero y farmacéutico, y quién sabe si también mediático), posiblemente su repercusión más efectiva tenga que ver con el desarrollo de nuevos métodos para garantizar el secreto de las comunicaciones y nuevas prácticas para la gestión de la información militar, diplomática y corporativa. Descartada la guerra como solución a las disputas internacionales, sólo nos queda la diplomacia como camino civilizado para armonizar las diferencias.
Como no es posible una diplomacia efectiva sin confidencialidad (del mismo modo que no es posible vencer en la guerra sin engaños), creo que seguiremos teniendo secretos, pero que también seguiremos teniendo algún tipo de WikiLeaks para reducir el margen de arbitrariedad del que hasta ahora han disfrutado los gobiernos.
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