Me llamó la atención en la brandstore de Mini en Amsterdam que tuvieran en un lugar destacado de la tienda un monitor que mostraba las conversaciones acerca de la marca en Twitter mediante TweetDeck.
La tienda, al igual que muchos restaurantes y museos de la ciudad, ofrece también acceso abierto a su red WiFi, con lo cual fomentan que los clientes compartan globalmente su experiencia.
En algunos casos, como me ocurrió en el Museo Van Gogh y en la Casa Museo de Rembrandt, los community managers están atentos a la conversación sobre sus marcas y establecen contacto:
La conversación en: @vangoghmuseum
La conversación en: @Rembrandthuis
No puedo evitar preguntarme si es que acaso las empresas han aprendido a conversar en la red antes que los medios.