Hoy aparece la edición española de Consent of the Networked de Rebecca MacKinnon: No sin nuestro consentimiento. La lucha mundial por la libertad en internet (Deusto, Barcelona, 2012, 358 págs.). Les comparto el prólogo, que tuve el honor de escribir:
Un llamado a los ciudadanos digitales para defender la libertad de la red
por José Luis Orihuela
El primer libro de Rebecca MacKinnon, literalmente: “el consentimiento de los conectados en la red” (Consent of the Networked en el original) —que no dudé en recomendar a Deusto en cuanto supe de su existencia— es un elocuente llamado a la acción para que los ciudadanos digitales se involucren más decididamente en la defensa de la libertad de internet.
Las mayores amenazas a la libertad en la red provienen de los gobiernos (totalitarios, autoritarios y también democráticos) que se afanan por controlarla sin transparencia bajo la excusa de la seguridad o a instancias de los grupos de presión, y de las empresas de tecnología que brindan plataformas y servicios en unas condiciones que habitualmente aceptamos sin conocer en profundidad hasta qué punto afectan a nuestros derechos y condicionan nuestras libertades.
El gran tema que plantea MacKinnon en esta obra es nada menos que la gobernanza de internet, y la exigencia de reclamar como ciudadanos digitales que las decisiones políticas y corporativas que afecten a la red no se tomen sin nuestro consentimiento informado.
No sin nuestro consentimiento es un amplio y detallado diagnóstico sobre las prácticas corporativas y los controles gubernamentales que están cercenando los espacios digitales de la sociedad civil, pero también un inventario de iniciativas en marcha que abren caminos para expandir los bienes comunes digitales frente al avance de las empresas tecnológicas y de los gobiernos sedientos de control.
Como antigua corresponsal de la CNN en Pekín, investigadora del Berkman Center for Internet and Society de la Universidad de Harvard y cofundadora de la organización internacional Global Voices, Rebecca MacKinnon reúne la experiencia y tiene el prestigio de una de las más destacadas activistas por la defensa de los derechos humanos en la red.
En su famosa conferencia TED de julio de 2011, MacKinnon sostenía que “la pregunta más urgente que tenemos que responder en la actualidad es cómo nos aseguramos de que Internet evolucione de una manera centrada en los usuarios”. Al final de este libro, y constatando que “queda mucho trabajo por hacer”, la autora anima a los más jóvenes a que asuman el liderazgo de lanzar una nueva alianza global: Estudiantes por la Libertad de Internet, y deja en el aire la pregunta: “¿Alguien se anima?”.
En el libro pionero de Howard Rheingold, La comunidad virtual (1993), donde precisamente se acuña este concepto que usamos para referirnos a la vida digital de los conectados en la red, el autor advierte: «la comunidad en línea tiene una responsabilidad hacia la libertad que disfruta, y si quiere continuar disfrutándola, más personas deben tomar parte activa en educar a la población no técnica acerca de las diversas distinciones importantes que se pierden en los bombardeos del periodismo sensacionalista», y remata: «es improbable que cualquier libertad que perdamos ahora sea recuperada más adelante».
Como señala MacKinnon, “cuando el futuro de Internet se mira a través de la perspectiva de los derechos humanos y la justicia social en lugar de bajo la perspectiva comercial o de la seguridad nacional, pueden aparecer grandes desacuerdos”, por eso resulta tan importante para la autora descubrir cómo hacer realidad “el consentimiento de los que están en la red”, ya que “todos tenemos la responsabilidad de hacer lo que sea para evitar los abusos del poder digital y evitar abusar nosotros mismos”.
He subrayado ideas en casi todas las páginas de las pruebas de imprenta de este libro, aunque resisto la tentación de llenar el prólogo de citas. Te animo, lector a que descubras por tí mismo este destilado de experiencias y reflexiones acerca de La lucha mundial por la libertad de Internet, y que te sumes a ella cuanto antes. Es mucho lo que está en juego.
Ver también el Epílogo, a cargo de Enrique Dans.