Me entrevistó Àlex Barnet para Capçalera, la revista del Col.legi de Periodistes de Catalunya, sobre redes sociales y periodismo. Esto es lo que le conté:
¿Cómo valora globalmente la utilización que hacen los medios españoles de las herramientas que les brindan las redes sociales? ¿Hay muchas diferencias respecto a la prensa anglosajona?
Para analizar el uso de las redes sociales en los medios hay que distinguir las cuentas corporativas de las cuentas personales de los periodistas y directivos. Las cuentas corporativas (la principal de la cabecera, cuentas de secciones o programas y cuentas de eventos), suelen utilizarse para distribuir titulares con enlaces al contenido publicado en el sitio, por lo general el nivel de conversación es casi nulo y la desproporción entre seguidores y seguidos es muy alta. En este primer caso, las redes se utilizan como canales complementarios de difusión en una modalidad más propia de la gestión de fuentes RSS que de la interactividad de los entornos relacionales que propician los medios sociales.
Donde se ha producido una mayor innovación y aprovechamiento del potencial de las redes sociales es en las cuentas personales de los periodistas y directivos, como se evidencia muy especialmente en Twitter. En este caso, las cuentas se utilizan para escuchar y dialogar con los usuarios, se usa un estilo más personal, informal y directo, se retuitean contenidos relevantes e incluso críticas y, en contadas ocasiones, hasta se tuitean contenidos de otros medios.
La principal diferencia con la prensa anglosajona, debido a una adopción más temprana y más decidida de las redes sociales, es que muchos medios ya han desarrollado guías de estilo y buenas prácticas para la redacción, y cuentan con algún tipo de estrategia digital (más allá del objetivo de estar en las redes e ir probando a ver qué pasa).
Hay artículos que dicen que las redes sociales, a través de las cuales muchos usuarios de Internet reciben las noticias, son percibidas por los medios de forma antagónica: como aliadas a corto plazo y como enemigas a largo plazo. ¿Cómo cree usted que deben afrontar los medios esta relación con las redes sociales?
La relación de los medios con las redes sociales es, en realidad, la nueva forma de relación de los medios con sus audiencias, solo que ahora las audiencias tienen voz propia y mecanismos de participación en el espacio público cada vez más sofisticados.
Afrontar el nuevo escenario comunicativo requiere adoptar cambios en el modo de comprender cómo se genera, cómo circula y cómo se consume la información a escala global. No solo hay que escuchar a los usuarios, hay que analizar e integrar de una manera eficaz la información que se obtiene de la actividad de los usuarios. No solo hay que hacer analítica y optimización por plataformas, hay que conectar esa información con la redacción en tiempo real.
¿Cree que hay una tendencia a utilizar las redes como caja de resonancia (para tener seguidores, republicar contenidos y atraer tráfico, etc.), pero sin entrar a fondo en temas como la conversación abierta con el público? Pienso en un reciente estudio como Twitexperimento, según el cual la mayoría de preguntas y consultas dirigidas a los medios quedaron sin respuesta.
Debido a su popularización con el Manifiesto Cluetrain, desde 1999 venimos utilizando la metáfora de la conversación como modelo de interacción entre las organizaciones y sus públicos en internet. El problema con esta metáfora es que al intentar aplicarla en cualquier ámbito comunicativo que trascienda lo familiar enfrenta el obstáculo de la escala. Conversación significa «hablar familiarmente», por eso resulta tan complicado que una empresa, una administración, un medio o un personaje popular realmente puedan conversar con sus públicos en internet.
Si un empresario, un político, un periodista o una estrella se abocaran a conversar con sus públicos, no podrían dedicarse a hacer su trabajo, y tampoco podrían hablar con todos. Ante esta evidencia, con los nuevos medios también han llegado nuevas formas de simular conversaciones (antiguamente eran las cartas de los lectores y los llamados telefónicos a los programas). Hoy los votos, likes, retuiteos y las diversas modalidades de compartir y volver a publicar contenidos, constituyen formas de conversación cada vez más relevantes que los propios comentarios (que están sucumbiendo pasto del spam, los trols y otros abusos).
Algunos expertos dicen que la apertura a través de las redes sociales y similares es un elemento clave para que los medios se reestructuren y den un salto hacia nuevas maneras de funcionar y relacionarse con el público. ¿Puede comentar este punto y las consecuencias que tendrá para el futuro de los medios?
La reestructuración de los medios de masas es un proceso inevitable, pero mucho más complejo que la apertura a los medios sociales. Pero para limitarnos a este ámbito, la cultura emergente del mundo móvil, social e hiperconectado exige y permite a los medios acercarse e interactuar de nuevas formas con sus públicos y con sus fuentes.
Lo más difícil para un «medio» es asumir que ha dejado de estar en el centro.
Ver: «Enredats a les xarxes», Capçalera, nro.: 157, sept. 2012, pp. 50-53.