Me entrevistó Francisco Javier Girela para revista GQ.com sobre redes sociales y pose. Esto es lo que le conté:
¿Qué opina de que el postuero sea tan explícito en las redes sociales?
Los fragmentos de nuestra vida que decidimos compartir en las redes sociales acaban construyendo un personaje basado en retazos que se convierte en nuestra identidad virtual. Tenemos que aprender a regular la distancia entre el personaje y la persona para que la representación de nuestra identidad no sea una mera pose ni una elaborada fantasía.
¿Buscamos el aplauso del público en forma de comentario, RT…?
Cuando se hace comunicación pública se espera algún tipo de feedback, el problema es cuando la búsqueda de reconocimiento se convierte en la finalidad del acto comunicativo. Hay una creciente dependencia de la aprobación de los demás en las redes sociales, que puede volverse patológica.
¿Cuándo fue la primera vez que lo percibió?
A finales de los noventa, cuando comienzan a popularizarse los blogs gracias a plataformas como Blogger, la preocupación por la cantidad de comentarios recibidos en cada post y por la posición del blog en algún ranking, revelaron que la generosidad de los blogueros al compartir contenidos en abierto tenía una recompensa no monetaria pero sí social (gratitud, reconocimiento, prestigio, influencia, visibilidad).
¿Cree que es una tendencia que va a crecer o terminará en algún momento?
A diferencia de la comunicación interpersonal, la comunicación pública cuenta, entre sus motivaciones, con la influencia y la visibilidad. Comunicamos en espacios públicos para ser visibles y para influir.
Ver: Manual de postureo. Los 10 mandamientos esenciales de la actitud de moda.