Me entrevistó Daniel Fajardo para el diario chileno Pulso (27/5/14, p. 17) acerca de las manifestaciones antisemitas en Twitter. Esto es lo que le conté:
¿De qué manera las redes sociales ayudan a aumentar el ánimo de un grupo? En otras palabras, ¿cómo potencian una animosidad negativa?
Las redes sociales son plataformas de amplificación de todo lo bueno y de todo lo malo que existe en la sociedad. En el caso de Twitter, los trending topics y los hashtags son funciones que tienden a retroalimentar las conversaciones dominantes confiriéndoles mayor viralidad.
¿Se pueden penalizar en España este tipo de tendencias por parte de los usuarios? ¿Existe legislación al respecto o hay un vacío legal?
No es necesaria ni viable una regulación sobre redes sociales, basta aplicar el ordenamiento vigente: desde el Código Penal, que tipifica las conductas racistas, antisemitas, xenófobas y discriminatorias, así como la incitación al odio y a la violencia, hasta la Ley Orgánica 1/1982 de protección civil del derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen.
Más que un vacío legal hay un vacío educativo acerca del alcance y de las repercusiones de la conducta personal en los nuevos espacios públicos.
¿La responsabilidad es sólo del usuario que emite el comentario o también podría ser de parte de la Red Social o del ISP?
En lo que respecta a las expresiones de odio, y en general delictivas, las redes sociales que permiten el anonimato o las identidades de fantasía están más expuestas a la vandalización, ya que los usuarios tienen la falsa sensación de impunidad y el erróneo convencimiento de que están en un espacio personal.
En cualquier caso, Twitter exige a sus usuarios respetar la legislación local y los términos de servicio de la plataforma y dispone de protocolos para reportar infracciones.
Ver: El hashtag que encendió el debate por el uso de las redes sociales (disponible PDF). Relacionado: Bastan el Código Penal y la Ley de protección del derecho al honor, intimidad e imagen. También en BBC Mundo: España libra batalla contra tuiteros «indeseables».