Con motivo del 25 aniversario de la revista uruguaya InMediaciones de la Comunicación, me entrevistaron sobre mis primeras investigaciones, la situación actual del campo y las perspectivas de la formación académica en Comunicación (comparto aquí la versión original del texto, con preguntas editadas, negritas y enlaces añadidos).
Los comienzos
En febrero de 1996 comparto en un seminario con mis colegas de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra un inventario de «Asuntos que se están planteando en la web, en las listas de distribución de correo electrónico y en los grupos de noticias referidos al impacto de la comunicación online sobre el periodismo tradicional». Rescato de entre los puntos presentados:
- De modo creciente, la información que realmente interesa al público está comenzando a llegar de gente distinta de los periodistas tradicionales.
- Muchos usuarios acceden a internet para obtener noticias de observadores directos.
- La prensa tradicional se enfrenta al mismo desafío que los monjes de los monasterios cuando Gutenberg comenzó a imprimir biblias.
- El viejo modelo de Periodismo permite a los medios controlar el debate público y al editor tener la última palabra: en el nuevo paradigma no sólo no tienen necesariamente la última palabra, sino que tampoco controlan el flujo del debate.
- El más importante y eventualmente el más poderoso aspecto de la red será la capacidad de acceder a puntos de vista alternativos a los publicados en los medios tradicionales.
Durante el curso 1996/97 escribo y publico con Iranzu García Iriarte mis primeras aportaciones teóricas sobre las relaciones entre la red internet y los medios de comunicación: «Potencial comunicativo de las redes hipermedia de información distribuida» y «Periodismo en la red. En busca del paraíso digital» (Orihuela y García Iriarte, 1997a y 1997b).
En esos primeros escritos perfilamos once características para definir el potencial de los medios de comunicación en línea: interactividad, personalización, filtrado, estructura hipertextual, diseño de información, actualización, documentación, usuarios, búsqueda, retroalimentación y cibercomunidades.
En el curso 1997/98 se pone en marcha en la Universidade da Coruña el Máster en Creación y Comunicación Digital, en cuya gestación intervine y en el que imparto durante varios años un curso de Narración No Lineal.
Me intereso, durante esos años, en el impacto de la digitalización sobre la narrativa y publico el estudio «El jardinero y el laberinto. El narrador en ficción interactiva», en el que sostengo (Orihuela, 1999: 203):
Lejos de los temores maximalistas, la ficción interactiva no plantea la desaparición del autor, ni del narrador, sino más bien la apertura de algunas de sus funciones a un lector con avidez de participar en el proceso narrativo de un modo más activo, sin que ello le eleve a la categoría de autor, ni se convierta a las máquinas y a sus programas en nuevos narradores.
La pluralidad de voces narrativas en hiperficción, la reconfiguración de las tradicionales funciones de enunciación narrativa y un mayor grado de compromiso del lector en la constitución del universo de ficción, son algunos de los elementos que caracterizan al género y exigen revisar las convenciones vigentes.
En el curso 1999/00 imparto sesiones de internet para periodistas en el Máster en Medios de Comunicación de La Voz de Galicia y publico con María Luisa Santos el manual Introducción al Diseño Digital, que recoge buena parte de mis intereses y enfoques docentes sobre internet hasta entonces: «Introducción al Diseño Digital es un manual destinado a facilitar el aprendizaje y ayudar a organizar el trabajo de quienes se inician en el desarrollo y la presentación de proyectos de comunicación interactiva» (Orihuela y Santos, 1999: 15).
En 2002 publico la primera versión de uno de mis artículos más conocidos, «Los nuevos paradigmas de la comunicación», en el que concluyo que (Orihuela, 2021: 28-29):
Este nuevo escenario de la comunicación pública en la era de internet ha de interpretarse no de un modo apocalíptico, sino como la ocasión para redefinir el perfil y las exigencias profesionales de los comunicadores, así como los contenidos y los procedimientos de su formación académica. Hay que repensar los medios y las mediaciones.
Los soportes utilizados dejan de ser el factor distintivo de la profesión, ya que todos los soportes se funden en la red, y una vez más emergen los contenidos como factor diferencial de identidad y calidad.
Internet ha provocado un efecto paradójico en la comunicación publica, que por una parte, se ha desprofesionalizado (cada vez publica más gente que sabe menos cosas) y, por otra parte, se ha superespecializado, fragmentando el conocimiento en infinidad de parcelas.
Corresponde hoy a los comunicadores, con mayor urgencia que nunca, hacerse cargo de la complejidad, transformar la información en conocimiento, gestionar el conocimiento y responder de un modo más efectivo a un público que, a fuerza de ir a la deriva, naufragando en muchos casos, ha comprendido que tal vez necesita ayuda para navegar en la información.
La situación actual
Estamos asistiendo al agotamiento de un modelo de negocio que consiguió, durante casi treinta años, prolongar en el mundo digital el funcionamiento económico de los medios de comunicación basado en la fidelización de las audiencias para ofrecerlas a los anunciantes.
La multiplicación de soportes ofrecidos por la digitalización y la hiperconectividad que aportaron los móviles han fragmentado y especializado el consumo de contenidos, cuya producción ha sobrepasado al establecimiento mediático y se ha instalado en los entornos sociales.
Las plataformas de las grandes tecnológicas tomaron la delantera a los medios, y ahora los protocolos abiertos están amenazando con desplazar a las plataformas. La crisis de Twitter y el auge de Mastodon está mostrando los contornos de un nuevo paradigma emergente.
Estamos ante un cambio de ciclo en los medios digitales por agotamiento del modelo comercial de internet, por la saturación de los usuarios y por la crisis de credibilidad de las empresas informativas.
En este entorno, vale la pena recordar los orígenes no comerciales de la red y valorar la oportunidad de refundación de internet que están ofreciendo los modelos federales basados en software libre y en protocolos abiertos.
He enfocado mi trabajo de divulgación en dos áreas principales. Plataformas digitales con los libros: La revolución de los blogs (2006), Mundo Twitter (2011a) y Manual breve de Mastodon (2023); y por otra parte, impactos de la digitalización en los medios, el periodismo y la cultura con los libros: 80 claves sobre el futuro del periodismo (2011b), Los medios después de internet (2015) y Culturas digitales (2021).
Desde finales de 2022 estoy dedicado al análisis de la crisis de Twitter y el auge de Mastodon, que ha abierto nuevos caminos para el futuro de la red (Orihuela, 2023).
El futuro
La respuesta de las universidades a los retos que plantean las transformaciones tecnológicas en el ámbito de la comunicación es bastante desigual, a veces oportunista y casi siempre tardía.
En el ámbito académico hispanohablante, todavía es minoritario el claustro de doctores en Comunicación especializados en nuevas narrativas, comunicación transmedia, negocios digitales o visualización de información.
Hace falta más respaldo institucional para el establecimiento de laboratorios y centros de investigación especializados en el estudio del mundo y de la cultura digital, así como en el desarrollo de nuevos medios.
Por otra parte, hay que distinguir el futuro de la comunicación como profesión y función social, del futuro de las empresas de medios de comunicación nacidas antes de la revolución digital.
La profesión tiene futuro, aunque tiene que cambiar mucho para asegurarlo. Los periodistas necesitan una mejor y más permanente formación, tienen que aprender a programar y a gestionar empresas y tienen que especializarse de modo estratégico (por ejemplo: sector farmacéutico o biotecnología).
Las empresas de medios, como las de muchos otros sectores, están abocadas a abrazar el mantra de la transformación digital. Tienen que repensar y rediseñar toda su cadena de valor para adaptarla a un mundo irreversiblemente digital, y tienen que hacerlo mientras sus operaciones analógicas sigan reportando ingresos. Pretender explotar las ventajas del viejo entorno hasta su agotamiento sin apostar en serio por sus alternativas, es un camino directo al fracaso.
Por lo demás, como lo sostengo en Culturas digitales (Orihuela, 2021: 271):
El futuro tendrá que ver más con la información que con las noticias, más con los formatos que con los medios, más con la inteligencia de la información que con los datos, más con las marcas corporativas y personales que con las instalaciones, más con la especialización que con la superficialidad, más con las audiencias que con las redacciones, más con los servicios que con los productos, y más con los micropagos y las suscripciones que con la gratuidad subvencionada por la publicidad intrusiva.
Finalmente, si algo nos ha enseñado la historia de internet es que no hay ningún cambio que pueda considerarse definitivo.
Referencias
Orihuela, José Luis y García Iriarte, Iranzu, «Potencial comunicativo de las redes hipermedia de información distribuida», en Solá Martí, Javier (ed.), Libro de Ponencias de Mundo Internet ’97. II Congreso Nacional de Usuarios de Internet, Asociación de Usuarios de Internet, Madrid, 1997a, pp. 101-104.
__________, «Periodismo en la Red. En busca del paraíso digital», en Solá Martí, Javier (ed.), Libro de Ponencias de Expo@Internet.97. Jornadas profesionales sobre Internet, Intranet e InfoVía, Asociación de Usuarios de Internet, Madrid, 1997b, pp. 241-248.
Orihuela, José Luis y Santos, María Luisa, Introducción al diseño digital. Concepción y desarrollo de proyectos de comunicación interactiva, Anaya Multimedia, Madrid, 1999.
Orihuela, José Luis, «El jardinero y el laberinto. El narrador en ficción interactiva», en Imízcoz, Teresa et al., Quién cuenta la historia. Estudios sobre el narrador en los relatos de ficción y no-ficción, Eunate, Pamplona, 1999, pp. 187-206.
__________, La revolución de los blogs. Cuando las bitácoras se convirtieron en el medio de comunicación de la gente, La Esfera de los Libros, Madrid, 2006.
__________, Mundo Twitter. Una guía para comprender y dominar la plataforma que cambió la red, Alienta, Barcelona, 2011a.
__________, 80 claves sobre el futuro del periodismo, Anaya Multimedia/800BOOKS, Madrid, 2011b.
__________, Los medios después de internet, Editorial UOC, Barcelona, 2015.
__________, Culturas digitales. Textos breves para entender cómo y por qué internet nos cambió la vida, Ediciones Eunate, Pamplona, 2021.
__________, Manual breve de Mastodon, EUNSA, Pamplona, 2023.
Ver: «Entrevista a José Luis Orihuela. Innovación tecnológica, medios y formación profesional», en InMediaciones de la Comunicación, Vol. 18, Nro. 2, 2023, pp. 323-327 (también disponible en PDF). Relacionado: Internet: una cronología personal.