Autora invitada: Gemma Ferreres.
¿Con cuántas pantallas convivías hace 20 años? ¿y hace 10? La del televisor, la del PC y poco más. En cambio, ahora, empieza a sumar: ordenador de la oficina, portátil en casa, teléfono móvil, agenda electrónica, iPod, PSP… Si a ello sumamos la lectura (libros impresos, revistas, algún gratuito) nos daremos cuenta de lo cruelmente que estamos tratando a nuestros ojos y lo caro que lo podemos pagar dentro de unos años. Será hipocondría, pero el problema me preocupa desde hace mucho (ver los posts Comodidad o Rest your eyes and just listen) y seguiré esforzándome para que se le preste atención.
En mi intento por encontrar alternativas a la pantallitis, busqué información sobre audio-libros y eBooks, pero son campos semi-abandonados desde hace años. En cuanto a los audio-libros, me parece una inversión de tiempo innecesaria que alguien recite un libro de 500 páginas, aunque sea un actor célebre, me conformo con que una voz artificial lea en alto la versión digitalizada de la obra. Realmente me alegraría que cuando compro un libro incluyese el audio correspondiente; el soporte no tiene por qué ser CD, lo que sí sería de gran ayuda es un buen índice o guión para hacerme una idea de la estructura de la obra. Estoy pensando en libros técnicos, claro, no en ficción.
Los eBooks creo recordar que se podían escuchar pero la oferta de títulos no me interesa demasiado. La mejor tienda que he localizado es LiberUNED (fuera de servicio en el momento de escribir estas líneas).
Si esta situación no se soluciona, voy a acabar dedicándome a la pintura en mis ratos libres. O a la jardinería. Porque los rompecabezas para niños que aún no leen la verdad es que me cansan pronto.