Versión original en español de la segunda parte de la entrevista concedida a Susana Funes para el blog de Telefónica dedicado a las comunicaciones máquina-a-máquina (M2M) e internet de las cosas (IoT).
Ha dicho que el futuro de los medios está en analizarlos de forma separada de sus soportes analógicos. ¿Qué papel podría tener la tecnología m2m en la sobrevivencia y evolución de medios como el periódico?
El futuro de los medios, además de las iniciativas universitarias que menciono, tendrá mucho que ver con lo que Pablo Mancini ha llamado Hackear el periodismo, y en general con lo que el movimiento Hack/Hackers está haciendo en ciudades todo el mundo: reunir a periodistas y tecnólogos para «repensar el futuro de las noticias y de la información».
También, las Knight-Funded Ideas de la Knight Foundation ofrecen un fantástico catálogo de proyectos en marcha que revelan un futuro definido por la polinización cruzada de datos, dispositivos, usuarios conectados e historias.
¿Y en actividades como la publicidad, donde ahora pueden entregarse anuncios inteligentes y personalizados de manera automática?
El uso códigos de barras, códigos QR y etiquetas RFID permite convertir a los productos en soportes publicitarios al mismo tiempo que «virtualiza» los objetos permitiendo interactuar con ellos a distancia y monitorizarlos. En este sentido, el potencial de la internet de las cosas en el ámbito del marketing y la publicidad es completamente revolucionario.
Como ejemplo, puede citarse la campaña de la empresa EVRYTHNG para Diageo en Brasil con motivo del Día del Padre en 2012 que ofreció a los compradores de un licor la posibilidad de escanear un código, producir un vídeo y subirlo a la nube asociando a su regalo un homenaje personalizado que el destinatario podía descargar.
¿Cuáles serían los beneficios y los puntos de cuidado al integrar tecnología m2m en sistemas de relación con el cliente / lector / audiencia?
Los beneficios de una mejor atención al cliente, ofreciendo servicios personalizados predictivos, habrá que equilibrarlos con mejoras en la seguridad, la privacidad y la propiedad de los datos generados por un creciente número de dispositivos inteligentes.
Ha suscrito que Internet es como la imprenta del siglo XXI, ya que “ha facilitado la difusión descentralizada de contenidos multimedia democratizando la comunicación pública”. Ahora ¿cuál podría ser el mayor aporte de la Internet de las cosas en nuestra evolución como sociedad?
La metáfora con la que Piscitelli titula su libro de 2005, Internet, la imprenta del siglo XXI, tiene el valor didáctico de poner en perspectiva las dos tecnologías de la información más disruptivas de la historia.
Internet comenzó conectando máquinas (ARPANET), evolucionó conectando información (Web 1.0), luego conectando personas (Web 2.0) , ahora se trata de que las máquinas procesen mejor el valor semántico de la información (Web 3.0), al mismo tiempo que la red se extiende hacia los objetos del mundo físico y se hace ubicua (Web 4.0).
Esta última fase, la internet de las cosas, termina de disolver las fronteras entre el mundo virtual y el mundo físico, y nos enfrenta al dilema de redefinir la realidad en un mundo hiperconectado.
¿Cómo prevé podría ser su día a día cuando la tecnología m2m esté más extendida? ¿Cuáles podrían ser sus ventajas y sus retos?
Dos de los grandes desafíos que plantean las tecnologías máquina a máquina consisten en entender qué podemos hacer las personas con los datos y qué capacidad de gobierno retendremos sobre las máquinas.
En el ámbito de la comunicación, estos retos vendrán de la mano del periodismo con robots (Robot Journalism), modalidad de la que ya hay bastantes experiencias en curso.
En Los Angeles Times los algoritmos programados por Ken Schwencke de la sección Data Desk generan historias de modo automático con datos del U.S. Geological Survey (terremotos a partir de cierta magnitud) y de la Oficina de Medicina Forense del Condado de Los Ángeles (homicidios).
En el sitio de Forbes pueden visitarse las piezas firmadas por Narrative Science, un algoritmo que transforma datos en historias, obra de una start-up nacida al cobijo de la Medill School of Journalism, Media, Integrated Marketing Communications de la Northwestern University.
Por su parte, The Washington Post emplea Truth Teller, un programa informático de comprobación de datos para verificar la exactitud de las afirmaciones de los políticos en discursos, anuncios de televisión y entrevistas.
El nuevo escenario seguirá poblado de las viejas polémicas acerca de la inteligencia de las máquinas y de las personas, un entorno sobre el que lo único que cabe anticipar es que el Test de Turing será cada vez más divertido.
Ver: Orihuela: “IoT tears down the walls between virtual and physical world” (II). Primera parte: El impacto de la internet de las cosas sobre el periodismo (I).