Me entrevistó Juan Diego Sánchez sobre innovaciones tecnológicas y comunicación para su blog Comunicación a la deriva, esto es lo que le conté:
¿Tienen los días contados los periódicos de papel? ¿Hay salida?
Para entender el futuro de los medios, en esta era digital, es necesario separarlos de los soportes analógicos. Del mismo modo que el futuro del cine está más allá del celuloide y que el porvenir de la música no se agota en el vinilo, tenemos que aceptar que los periódicos han dejado de ser exclusivamente papel impreso. La viabilidad de los empresas informativas tiene que ver cada más con su capacidad para proyectar el prestigio de sus marcas sobre contenidos, aplicaciones y servicios diseñados de modo transmedia.
¿Han fallado los editores y periodistas en algo o lo que está pasando era inevitable?
La revolución digital es el paradigma del cisne negro de Taleb: una vez que se ha producido elaboramos narrativas que intentan explicar su inevitabilidad. Lo cierto es que la innovación en el sector de los medios, como ha ocurrido tradicionalmente en otros sectores, ha sido impulsada por actores externos. También es cierto que han faltado reflejos para adaptarse.
Se habla mucho de la compra del diario ‘The Washington Post’ por Bezos, ¿cree que nos dará alguna clave acerca de la adaptación de la prensa al mundo digital?
Con Bezos volvemos al tema de los actores externos de la innovación en el sector de los medios, de todas formas el caso del WP es bastante excepcional como para pretender que se convierta en un modelo. Habrá que analizar hasta qué punto Bezos se implica en la gestión empresarial y en el proyecto editorial del WP antes de sacar lecciones de esta adquisición.
Algunos se preguntan si Twitter también es periodismo, ¿qué piensa?
Es una pregunta mal formulada que se viene arrastrando desde los blogs: hay que distinguir la comunicación pública del periodismo y el uso de herramientas con el ejercicio de una profesión.
Tras movimientos como la Primavera Árabe, hay expertos que han apostado por otorgar a las redes sociales un gran poder, otros son mucho más escépticos, ¿en qué lugar las situaría?
Entre los ciberutópicos y los ciberescépticos, magníficamente retratados por Morozov, me considero ciberrealista. Las redes sociales y los móviles son una condición necesaria, pero no suficiente, para explicar las transformaciones políticas.