Un día como hoy, hace 25 años, llegué a la Universidad de Navarra como becario del Programa de Graduados Latinoamericanos (PGLA). Se trataba de un curso de actualización de 6 meses, para periodistas profesionales de toda América Latina, que se impartía en la Facultad de Comunicación.
El PGLA, como le ocurrió a los 400 periodistas que llegamos a cursarlo entre 1972 y 1990, cambió mi vida. Prolongué mi formación en la UNAV con un máster y un doctorado y luego tuve el inmenso honor de ser invitado a sumarme al claustro.
Hoy, y cada día desde entonces, solo tengo palabras de agradecimiento para tantos grandes maestros que me ayudaron con su ejemplo, su sabiduría y su generosidad, a descubrir y transitar los caminos de la investigación y la docencia. También agradezco a las promociones de alumnos que han pasado por mis clases, ellos también son quienes nos hacen mejores.